Como evitar el Síndrome del BURNOUT ante COVID-19
Todos estamos nerviosos a causa del coronavirus. Nuestra vida diaria se ha visto alterada, no sabemos qué pasará mañana, y para muchos de nosotros, las noticias constantes y las redes sociales no están ayudando.
Los expertos dicen que lidiar con nuestra propia ansiedad puede ser la forma más poderosa de asegurar que nosotros mismos y todos a nuestro alrededor se sientan a salvo.
El burnout causado por altos niveles de estrés y ansiedad es una enfermedad grave que puede incluso ser mortal en los casos más extremos cuando se ignoran las señales de alarma. No se puede decir que exista una definición médica inequívoca, por lo que nos podemos encontrar con casi tantas definiciones como número de científicos.
Sin embargo, de manera general, el síndrome del Burnout se ha definido como un estado mental persistente, negativo, relacionado con algún acontecimiento disparador, en este caso la pandemia mundial que nos acontece por el COVID- 19, no obstante este síndrome, también aparece mayormente en el ámbito laboral y se caracteriza por agotamiento emocional, acompañado de distrés, sentimientos de reducida competencia, poca motivación y actitudes disfuncionales.
El síndrome de Burnout es una respuesta al estrés crónico (a largo plazo y acumulativo), con consecuencias negativas a nivel individual y organizacional, y que tiene peculiaridades muy específicas en áreas determinadas.
Se considera el burnout como un síndrome integrado por tres síntomas:
1) Cansancio emocional, ya que la persona se siente emocionalmente exhausta, agotada en sus esfuerzos por hacer frente a las situaciones que se le presentan.
2) Despersonalización-cinismo, dimensión caracterizada por una respuesta impersonal, fría y cínica hacia temas relevantes y principalmente a las responsabilidades asignadas.
3) Baja realización personal-eficacia profesional, pues el profesional experimenta sentimientos de incompetencia y fracaso en el desarrollo de su trabajo.
En síntesis, actualmente observamos el síndrome de Burnout en diversos grupos que incluyen desde directivos hasta amas de casa y se acepta que el síndrome es el resultado de un proceso en el que actualmente, derivado de la pandemia mundial, estamos expuestos a una situación de estrés crónico, en donde las estrategias de afrontamiento que utilizamos hoy en día parecen no ser eficaces. Es decir, que, en el ámbito individual, en nuestro esfuerzo por adaptarnos y responder eficazmente a las demandas y presiones externas, podemos llegar a esforzarnos en exceso y de manera prolongada en el tiempo, lo que acarrea esa sensación que describimos como “estar quemados”.
El auténtico «tratamiento» del burnout, en el sentido médico de la palabra, va acompañado por una toma de consciencia fundamental y un cambio de comportamiento que tendrá como consecuencia que empecemos a vivir de nuevo (desde el fondo de nuestro ser) como se supone que tendríamos que hacerlo, adicionalmente la técnica de biofeedback, mediante el control de la respiración, se ha empleado en diferentes tratamientos psicosomáticos que involucran la respuesta al estrés y así evitar el burnout.
Con la técnica de control de respiración mediante la retroalimentación (biofeedback) con imágenes, se pueden realizar intervenciones oportunas y eficientes con relación al estrés que padecemos y así favorecer la homeostasis del nuestro sistema neural, de manera sencilla y a bajo costo.
Somos mucho más capaces de controlar lo que ocurre en nuestro cuerpo de lo que creemos. Podemos conseguirlo mediante disciplinas como la meditación o el yoga, y también con la ayuda de las tecnologías de biofeedback (biorretroalimentación).
Estas técnicas nos permiten conocer diferentes variables fisiológicas y con ello favorecer que nuestro cerebro tome el control. Estas técnicas son, por lo tanto, una gran herramienta para cultivar nuestro bienestar y salud.
Podemos observar que cuando respiramos profunda y relajadamente, y dejamos que nuestra mente abandone cualquier preocupación, nuestro cuerpo responde con cierto tipo de ondas cerebrales, menor frecuencia cardiaca (y mayor coherencia), y menor conductividad eléctrica en la piel (al reducirse la sudoración).
Al ver los datos en tiempo real podemos profundizar en la relajación o en el nivel de concentración para conseguir mejores resultados.
Los distintos sistemas de biofeedback son eficaces ante la ansiedad, las preocupaciones, los trastornos del comportamiento, la falta de control emocional, el dolor, la hipertensión y la disfunción temporomandibular entre otros padecimientos.
Reduce la tensión nerviosa que puede manifestarse en forma de dolor de cabeza, palpitaciones, hipertensión arterial, bruxismo, tensión mandibular o molestias intestinales.
Favorece el aprendizaje de las técnicas de meditación y relajación y enseña a controlar el estrés, las preocupaciones, pensamientos y emociones negativas.
También ayuda a mejorar la concentración, reducir obsesiones, adicciones y depresiones.
Dentro de los objetivos del coaching en general, una de las herramientas que recientemente se están incorporando de forma muy útil y práctica es el biofeedback. Con el biofeedback sabemos cuál es el punto de partida de una persona a nivel fisiológico. Podemos conocer con exactitud los niveles de estrés y tensión de una persona que quizá le impidan ‘soltarse’ para lograr una concentración que ayude en la consecución de los objetivos deseados.
